A partir del análisis y la definición del proceso actual (AS IS), pasando por la búsqueda de posibilidades de mejora y rediseño del proceso (TO BE), la automatización ya puede estar siendo idealizada en la mente de los analistas en todas estas fases del ciclo BPM, Culminará también en la mejora continua.
Por lo tanto, a pesar de que la automatización es una de las últimas etapas, el uso de un software colaborativo y fácil de operar, con una interfaz intuitiva y que utiliza una notación consolidada y conocida, como BPMN 2.0, es fundamental.
En el momento de hacer las integraciones de sistemas, definir interfaces, crear formularios y proseguir para las pruebas y validaciones, si la construcción del proceso optimizado ya fue hecha con miras a su automatización, la conclusión de estas etapas será mucho más ágil y asertiva, proporcionando resultados De inmediato.
Al finalizar la implantación de la automatización, se pasa a monitorear el proceso, buscar nuevas posibilidades de mejora y se reinicia el ciclo continuo, nuevamente pasando por todas las etapas ya con la automatización del workflow en la mira de los analistas.