
Cada día que pasa, el mundo está más competitivo. Es necesario hacer más con menos recursos. Los clientes también sufren esta presión y están cada vez más exigentes.
Definitivamente, la excelencia se convirtió en una cuestión de supervivencia. Los retrasos, el trabajo duplicado, las pérdidas financieras, la falta de transparencia y de agilidad, no se aceptarán más. El mercado ya no va a tolerar ineficiencias.
Creemos en el potencial de BPM (Business Process Management) para superar estos desafíos. Se trata de un enfoque de gestión con capacidad sistémica, lo que facilita los procesos dentro y fuera de las empresas.